Maroa (2005) es una película venezolana dirigida por Solveig Hoogestign que trata el tema de la marginalidad en la capital de Venezuela, Caracas, y cómo los niños y las niñas aprenden a subsistir en este ambiente sin esperanza y, aparentemente, sin salida, robando, timando o acabando en un burdel.
Maroa es una niña que tras escuchar el clarinete de un profesor, comprometido en la educación haciendo uso del respeto y la confianza, se ve ilusionada y con la necesidad de cambiar su vida para aprender a tocar este instrumento. Sin cabida en ningún entorno y tras numerosos conflictos, gracias a la música, al profesor comprometido y a su recién conocimiento de Mozart consigue, tras mucho esfuerzo, salir de esos suburbios donde nació y llegar a ser una clarinetista de prestigio.
En esta película podemos ver cómo la música supone una vía de salida para estos niños y niñas con problemas sociales y una esperanza para salir de una vida indigna y perturbada por la violencia, las drogas y la prostitución. Es una película recomendable para todo el mundo pero especialmente para docentes que ven que su labor va más allá del simple traspaso de conocimientos, que se involucran y que creen que ofreciendo un buen entorno todas las personas somos capaces de conseguir nuestros objetivos. A pesar de ser otra película más que trata sobre la marginalidad en Venezuela, esta se ciñe directamente al verdadero problema: la supervivencia de Maroa en este entorno ofreciendo un compromiso social desde el punto de vista de la educación.
Actualmente, la musicoterapia es un método que funciona y consigue que niños, niñas y adolescentes salgan de estilos de vida difíciles para conseguir ser personas felices y completas.