El pasado viernes en la clase de Didáctica de las ciencias naturales de simultaneidad EDI/ EDP nos fuimos de excursión al Tancat de la Pipa, un antiguo arrozal situado en terrenos de la Confederación Hidrográfica del Júcar que se ha transformado en espacio natural protegido. A todos nos llamó mucho la atención el color verde intenso de la vegetación del Tancat y su agua limpia. Resulta que, en realidad, las plantas de la Albufera no son marrones, ¡Son verdes!
Lucía, de Acció Ecologista Agró, fue nuestra guía a lo largo de la visita que comenzó en el cercano puerto de Catarroja de donde partimos en barca hacia el lago de la Albufera. Lucía nos dio información rigurosa, interesante y entretenida. Nos habló del parque natural de la Albufera, uno de los humedales más valiosos de la península ibérica; de su historia, problemas, belleza, aves, plantas, comunidad humana… Nos explicó que desarrollan un proyecto de filtros verdes de plantas autóctonas de la Albufera que limpian ellas solitas el agua. Por eso el Tancat de la Pipa es tan verde y bonito.
Teníamos tanta información que se nos apelotonaba en la cabeza. En su momento no nos preocupó mucho porque estábamos muy ocupadas disfrutando de la brisa en la barca, de la luz naranja del atardecer, el vuelo de las libélulas, el azul eléctrico de un martín pescador que nos acompañaba, la sensación de aventura del repentino oleaje en la laguna… Pero unos días después, en nuestra aula de Florida Universitària, empezamos a deshilarla y a transformarla en preguntas: ¿Por qué el agua de la Albufera es verde? ¿Por qué el cormorán extiende sus alas al sol? ¿Cuándo dejó de ser la Albufera una laguna de agua salada? ¿Qué peces pueden vivir en el agua verdosa de nuestro lago? ¿Por qué existe el Tancat de la Pipa? Y, muy importante, ¿Por qué saltaban los peces como locos a nuestro alrededor? Resultó que sabíamos más respuestas de las que creíamos, pero aún así seguimos preguntando.
Lucía nos contó que el Tancat se mantiene gracias a la colaboración entre una asociación, Acció Ecologista Agró, y la Administración central. Gracias, Lucía, por tu amabilidad y por contribuir a mantener un proyecto que ojalá se extrapole a todo el parque Natural de la Albufera para que vuelva a ser como en los años cincuenta: aquel lago de aguas transparentes en el que todos podamos disfrutar del paisaje y la biodiversidad.