Presidenta de la Federación Red Artemisa en la actualidad, Carla siempre ha sabido que no es conveniente decirle a los demás que una es gitana, si no quiere que le cierren puertas en la vida. Lo mejor es darles tiempo para que la conozcan a una antes de decirles nada. Ya desde que era niña era señalada y discriminada por los demás por el hecho de ser gitana. Su experiencia en la vida y con los demás niños/as le hizo comprender muy pronto cómo de necesario resulta combatir estereotipos. Ha tenido que superar muchas barreras en la vida, sin que eso implicara renunciar a su identidad gitana. ¿El secreto? La moderación y el tratar bien a los demás, hablarles siempre con dulzura y afecto.
Todo lo que ha conseguido en la vida ha sido gracias al apoyo de su familia, y especialmente de sus padres. Inició estudios de psicología en la universidad y pasó al mundo del asociacionismo después de años de formación en el sector administrativo y de mediación, concretamente en la Asociación Romí y la Fundación Secretariado Gitano. Ha trabajado también en la Asociación Barró y, en la actualidad, sigue colaborando como mediadora social en la Asociación El fanal. Ha demostrado con creces tener espíritu emprendedor. Incluso ha abierto una tienda de ropa de hogar en Madrid.
Al mismo tiempo, es todo un ejemplo en la lucha por la mejora de condiciones de vida de la población gitana, un colectivo históricamente discriminado y en riesgo de exclusión social, y por eso hemos querido incluir su historia entre las muchas otras que, desde Florida Universitaria y en el marco del Proyecto europeo PAL por la lucha contra la discriminación y el antigitanismo en el área de la educación y el empleo, se vienen recopilando para la necesaria ruptura de estereotipos que ponen barreras para el empoderamiento de este colectivo.
Como ya se ha dicho, es presidenta en la Federación Red Artemisa, entidad que persigue el desarrollo de la comunidad gitana a través del trabajo en mediación con mujeres gitanas, una federación dirigida a fomentar, mediante la acción coordinada y colaborativa y el trabajo en red, la educación social, la implementación efectiva de los derechos humanos y el desarrollo comunitario, en pro de las minorías en riesgo de exclusión social, y todo desde una perspectiva de género.
Tal como se informa en la página web de la Federación Red Artemisa, su objetivo es «facilitar la inclusión activa de los colectivos en riesgo de exclusión social, así como favorecer la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres». Los servicios que provee esta federación, con la participación de las organizaciones asociadas y colaboradoras, incluyen programas educativos, formativos, de intervención social, de participación, mediación social y cultural, todos ellos dirigidos a población en riesgo de exclusión social, especialmente a la comunidad gitana.
Entre los proyectos llevados a cabo desde esta federación destacan el Proyecto Artemisa, en funcionamiento desde el 2006 hasta el 2011, y el Proyecto Aracné, todavía en marcha en la actualidad. Ambos se basan en la mediación social gitana, y parten de la inclusión de la figura de una mediadora gitana como nexo de unión entre los miembros de la comunidad gitana y el resto de culturas. Sus objetivos pasan por reducir el absentismo escolar y el abandono escolar entre niños/as y jóvenes de etnia gitana, luchar contra patrones de género que obstaculicen la equidad, apostar y fomentar estilos de vida saludables, actuar en el entorno en beneficio del desarrollo social, o acompañar a este colectivo para la mejora de la inserción laboral.
Equipo coordinador del Proyecto PAL desde Florida Universitaria: Víctor Soler (coord.), Carmen Campos, Laura Uixera, Mavi Corell y Carlos B. Gómez