El scape room es una estrategia de gamificación en el aula donde los estudiantes tienen que utilizar sus habilidades mentales y/o físicas para resolver unas pruebas de manera que se pongan en juego la reflexión, la crítica y la creatividad. Esta estrategia se puede enfocar hacia el desarrollo de contenidos propios de una materia – como puede ser artes, música, educación física, lengua, matemáticas, etc.- o de varias materias a la vez. De esta forma la finalidad de un scape room dependerá de los objetivos que se marque cada profesor. En mi caso, decidí hacer una scape room sencilla, para el alumnado del Máster en Profesorado de Secundària de Florida Universitària, con un doble objetivo: hacer un repaso breve de los contenidos trabajados hasta el momento y crear las bases para que los estudiantes pudieran iniciar una actividad práctica en el gimnasio basada en los estilos de enseñanza.
Lo primero que decidí fue que la actividad se realizaría al inicio de la clase, con aproximadamente un total de 30 minutos de duración. Los alumnos se organizarían en 4 grupos de 3-4 personas y cada grupo realizaría un total de 4 pruebas.
El material utilizado fue:
– 12 cajas y 12 candados
– Globos
– Twister hecho a mano con felpa
– Impresión de las distintas instrucciones para las pruebas.
Uno de los aspectos importantes del scape room es la teatralización y buscar el hilo conductor de la actividad con una temática motivante y relacionada con lo que queremos trabajar. Mi teatralización consistió en hacer una “performance” disfrazada de un personaje llamado “Sedentario” – que puede que nos recuerde un poco a Homer Simpson- que nos había encerrado en el aula. Mediante un pequeño teatrillo se les explicaba a los futuros maestros de educación física que tenían la misión de salir de la prisión del aula superando unas pruebas. Para ello debían abrir una caja que “Sedentario” había cerrado con un candado de tres cifras que guardaba la llave del aula.
Cada grupo empezaba con una prueba distinta para evitar que se solaparan. Una de las cuatro pruebas consistía en realizar un crucigrama que se basaba en contenidos de educación física que habíamos trabajado durante el curso.
Cada grupo empezaba con una prueba distinta para evitar que se solaparan. Una de las cuatro pruebas consistía en realizar un crucigrama que se basaba en contenidos de educación física que habíamos trabajado durante el curso.
Elaborando el crucigrama tenían que obtener dos letras –marcadas en color en el crucigrama- y transformarlas en números mediante una leyenda.
Este número les abría una caja que les indicaba las instrucciones para la siguiente prueba. Además si sumaban sus cifras obtendrían el primer número que abre el candado de la última caja.
La segunda prueba consistía en jugar a un twister hecho con felpa. Los estudiantes tenían que seguir la órdenes que se les indicaba en un folio y colocar la mano o el pie correspondiente en el círculo del color que se indicaba.
Con la ultima indicación tenían que observar la figura que se creaba con los cuerpos y descubrir que se dibujaba el segundo número que abría el candado de la última caja. Además, ese mismo número abría una nueva caja que tenían en la mesa, la cual les llevaba a una nueva prueba.
La tercera prueba consistía en resolver un problema basado en la fórmula de karvonen a través de códigos QR.
Los alumnos recibían un mensaje que decía que tenían que buscar un mensaje escondido en algún lugar de la clase. Este se escondía debajo de una silla. La silla no se podía mover, lo cual obligaba a los estudiantes a leer y resolver el problema debajo de la silla, estirados al suelo. El problema consistía en utilizar la formula de karvonen para calcular la frecuencia cardíaca de una persona de 50 años que quiere entrenar a un 70%. Para completarlo les faltaba información que debían obtener con dos pruebas:
- Para saber la frecuencia cardíaca en reposo descifra los QR. Los alumnos debían descifrar unos QR que les llevaba a descubrir letras que acababan conformando la palabra “sesenta y cinco”, la cual correspondía a la frecuencia cardíaca en reposo.
- Para saber la frecuencia cardíaca máxima debían descifrar la palabra secreta que se escondía uniendo los puntos del siguiente cuadro:
La palabra secreta era “Ciento ochenta” que era la frecuencia cardíaca máxima que necesitaban para la fórmula karvonen. Con esta información ya tenían todos los datos para realizar la operación y obtener los latidos por minuto: 145. Este número abría una caja que tenían sobre la mesa, la cual les daba el tercer número del candado final y las instrucciones para la siguiente prueba.
La última prueba consistía en una caja con muchos globos deshinchados. Cada uno de los globos tenía un mensaje escrito. Los alumnos tenían que hinchar los globos hasta encontrar uno que tenía un número escrito en letras. Si el globo que hinchaban no era el correcto debían atarlo y petarlo en parejas con alguna parte de su cuerpo.
Al final, un grupo de alumnos consiguió la clave del candado y pudo abrir la caja donde se escondía la llave que abría el aula. Además –sin olvidar el objetivo del scape room- el ganador tenía algunos privilegios para la actividad que posteriormente realizaríamos en el gimnasio, la cual se basaba en la elaboración de actividades basadas en los distintos tipos de estilos de enseñanza.
¡Animaos a realizar vuestro scape room! Los alumnos lo valoran positivamente y además aprenden, juegan, se motivan y trabajan en equipo.
Más info: Irene López (irlopez@florida-uni.es)