El ‘mandala’ como herramienta de crecimiento personal para Educación Infantil

Es fundamental trabajar el desarrollo de las competencias profesionales, pero también las habilidades personales que nos caracterizan como seres humanos, para que el alumnado del Ciclo Formativo de Técnico/a Superior en Educación Infantil se convierta en educadoras y educadores competentes.

Por este motivo, desde el módulo de Habilidades Sociales, dentro del bloque de contenidos ‘Pensar, sentir y hacer’, se ha puesto en práctica una propuesta de mejora personal, que pretende ser una oportunidad para el autoconocimiento, la autorreflexión, y la construcción de una autoestima ajustada.

Después de trabajar con el alumnado varios conceptos relacionados con la educación emocional, la profesora de Florida Universitària del área de Educación, María Fornas y Andrea Pons, ha desarrollado la actividad ‘El mandala’, herramienta utilizada en el Coaching Educativo, y que plantea Fernando Bou en su libro ‘Herramientas para el aula. 18 recursos de Coaching educativo y 40 recetas de éxito’.

Según señala el autor, “el mandala es una representación gráfica o visual en formado collage, donde el alumnado recorta fotografías de revistas y va componiendo un mosaico, el significado del cual marca su visión de futuro respecto a aquello que quiere ser o conseguir”.

El alumnado de Educación Infantil desarrolló un trabajo individual elaborando un collage donde representaron cuál es su proyecto de vida y un análisis de aquello que favorece y/u obstaculiza la consecución de los objetivos vitales. Se dedicaron unas sesiones a compartir con el grupo las reflexiones y aprendizajes realizados, donde los compañeros y compañeras y profesoras, pudieron destacar, reforzar y animar a cada alumno y alumna a perseguir aquella visión de futuro que había planteado.

Además de resultar una experiencia individual muy positiva, que les dio la oportunidad de repensarse y revalorarse, también a nivel grupal fue una oportunidad de conocimiento mutuo, de identificación de conexiones y puntos en común, favoreciendo la capacidad de empatía con el otro/a y la cohesión grupal.

”Es importante que, el alumnado sea consciente de que, como personas que acompañará a la infancia, no deben transmitir o enseñar aquello que no es. Esta experiencia permitió reflexionar y poner el foco en qué versión desarrollar como la mejor versión de cada uno y una, re-ajustando objetivos y prioridades, y agradeciendo todo lo que permite acercarse cada día un poco más a ella”, explicaba María Fornas.