¿Animal o vegetal? ¡No, hongo!

¿Sabíais que uno de los seres vivos más grandes del mundo se extiende a lo largo de 9 km2 de un bosque de Oregón y tiene 2.500 años? No es un animal, ni una planta; es un hongo! Andrew P. MacCabe, científico del CSIC, salió de su laboratorio para venir a Florida y contar a los estudiantes de Educación de cuarto de primaria sobre estos desconocidos organismos que, según nos demostró, forman parte de nuestras vidas.

Todos reconocimos en clase que los champiñones y los deliciosos níscalos que crecen con las lluvias del otoño (cuando llueve, claro) son los hongos más conocidos. También nos dimos cuenta de que, como las setas no se mueven, pensamos que son plantas. Sin embargo, los científicos averiguaron no hace mucho que los hongos no pertenecen al reino vegetal y que, por si fuera poco, se parecen más a los animales. Fue así como las más de 70.000 especies de hongos descritas hasta la fecha se ganaron por derecho ser clasificadas en un grupo propio: el reino de los hongos.

Los hongos se extienden por todos los rincones del planeta: viven en el mar, el desierto y la montaña. Hay algunos que crecen en la paja, los hay que se comen los corales y otros nuestros pies (pie de atleta). A otros hongos nos los comemos nosotros untados en el pan en forma de queso roquefort o de camembert, y los hay que, como las levaduras, nos permiten elaborar alimentos tan imprescindibles como el pan, el vino o la cerveza. La aplicación de los hongos en medicina ha resultado igualmente crucial para el devenir de la humanidad: el descubrimiento del primer antibiótico por Ian Fleming en 1928 salvó miles de vidas durante la Segunda Guerra Mundial y hoy seguimos combatiendo las infecciones gracias a este y otros antibióticos facilitados por estos organismos microscópicos.

El Dr. MacCabe nos habló sobre las aplicaciones más recientes de los hongos a una industria que alcanzará 7 billones de dólares en 2013: la fabricación de enzimas, unas proteínas que catalizan reacciones químicas y que, entre sus múltiples y variados usos, sirven para clarificar zumos, fabricar piensos y detergentes, preparar quesos y vinos, y hasta tratar jeans envejecidos y ropa de cuero. Agradecemos mucho la visita de Andrew a Florida y su esfuerzo por traer la ciencia del laboratorio a las aulas, y esperamos que pueda venir a contarnos más cosas interesantes en otras ocasiones.

Mavi Corell Doménech

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